El río Atuel, nuestro río, languidece sin su caudal fluvial y los males por la falta de agua son varios. Una decisión que preservará agua para el invierno.
“Hace cien años, la desembocadura del río Atuel, en territorio pampeano, sostenía prósperas colonias agrícolas y pujantes localidades asentadas en sus riberas: un oasis que engordaba miles de ovejas y ofrecía generosas cosechas de alfalfa, centeno, girasol y maíz”
Hoy, el cambio climático, la contaminación, las presas, la deficiente planeación y protección inadecuada de las áreas naturales, en este caso el río Atuel, son indicios que nos confirman que el agua no fluirá siempre y estamos ante ello.
En Valle Grande, el escenario no puede ser más preocupante, el principal proveedor de agua de la zona, esta totalmente seco como resultado de varias causas, entre una de las primeras generar energía y de las últimas, tratar de evitar la falta de agua en invierno.
A partir del miércoles 16 de febrero el Departamento General de Irrigación cumplió a rajatabla el mandato de los inspectores de cauce que decidieron, por la crisis hídrica, cortar el agua para riego hasta el 3 de marzo, para generar nuevamente electricidad. El caudal de 35 metros cúbicos por segundo de nuestro Río Atuel quedó reducido a entre 2 y 3 metros cúbicos por segundo, un flujo mínimo que cubre apenas la necesidad para consumo.
El panorama mundial es que más de la mitad de los ríos del mundo están contaminados o sus cauces bajos se secan gran parte del año debido a la sobreutilización. De los 500 ríos principales del mundo, 250 se contaminan seriamente.
¿Hasta qué grado el desarrollo desmedido pone en peligro la capacidad de la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades?
Gentileza de
En Valle Grande, el escenario no puede ser más preocupante, el principal proveedor de agua de la zona, esta totalmente seco como resultado de varias causas, entre una de las primeras generar energía y de las últimas, tratar de evitar la falta de agua en invierno.
A partir del miércoles 16 de febrero el Departamento General de Irrigación cumplió a rajatabla el mandato de los inspectores de cauce que decidieron, por la crisis hídrica, cortar el agua para riego hasta el 3 de marzo, para generar nuevamente electricidad. El caudal de 35 metros cúbicos por segundo de nuestro Río Atuel quedó reducido a entre 2 y 3 metros cúbicos por segundo, un flujo mínimo que cubre apenas la necesidad para consumo.
Los turistas que viajaron, a San Rafael, para disfrutar del paisaje y sus aventuras en el agua quedaron atónitos de presenciar que uno de los principales atractivos de la zona estaba “deshidratado”.
Esta medida sin duda afectará a más de uno, entre ellos, los productores de tomate, ajo, pimientos, hortalizas varias, a quienes sembraron alfalfa y a muchos productores turísticos.
¿Hasta qué grado el desarrollo desmedido pone en peligro la capacidad de la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades?
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