Por DIEGO FAINSTEIN
Desde UNER en Movimiento
(unerenmovimiento@gmail.com)
INTELECTUALES NO MUY ALUMBRADOS POR UNOS COBRES
A fines de 2008 llegaron por primera vez a la Universidad Nacional de Entre Ríos los fondos provenientes de la explotación minera “Bajo La Alumbrera”. Hasta ese momento la megaminería era un tema ajeno a nuestra universidad, a pesar de que las Asambleas de Vecinos y otros movimientos sociales de la región cordillerana llevan años enfrentando las iniciativas de las transnacionales y sufriendo los efectos de las mega-explotaciones. En aquel momento, los Consejeros Superiores de la Universidad discutieron si recibir o no estos fondos, y finalmente decidieron --casi por unanimidad-- aceptar un millón de pesos para distribuir entre las 9 facultades que componen la UNER.
Fundamentaron así: es legal recibir los fondos porque están asignados por una ley vigente. Otros Consejeros argumentaron --sin pudor-- que la Universidad ya recibe distintos fondos espurios (¿qué le hace una mancha más al tigre?) y que incluso el Tesoro Nacional está alimentado por empresas y actividades contaminantes (¿vamos a renunciar al 100% del presupuesto universitario?). En cuanto a las denuncias respecto de la contaminación (y el saqueo) que produce la megaminera, otorgaron el “beneficio de la duda” ya que afirmaron desconocer la existencia de estudios técnicos para certificar si efectivamente Bajo La Alumbrera es tan perniciosa o no. Como se puede advertir, muchos universitarios llegaron tarde a descubrir datos de dominio público, mientras que otros patearon la pelota para adelante. Su confesión de ignorancia debió haberlos empujado a informarse antes de votar, pero además resulta incompatible con su formación y ámbito de trabajo. En aquella reunión se designó una comisión (¡claro!) para efectuar un estudio técnico que permitiese dirimir científicamente esta cuestión, pero mientras tanto los fondos se aceptaron.