viernes, 23 de septiembre de 2011

DAR LA CARA

Rosario 5 de agosto de 2011

Sres.                                                                  

Miembros del Consejo Directivo Central
De la Federación Agraria Argentina

Presente


De nuestra mayor consideración:

Quienes suscribimos, Esteban Motta y Juan Manuel Rossi, nos dirigimos a ustedes, para comunicarles nuestras renuncias indeclinables a los cargos de Secretario de Juventud y Secretario de Coordinación de la Federación Agraria Argentina, respectivamente.

Lo hacemos con respeto y con el sentimiento de autoridad que nos otorga el haber iniciado nuestro camino de militancia desde las bases juveniles de FAA a muy temprana edad, y de ser parte importante de un proceso de reconstrucción de una Entidad que había sido devastada hacia fines de los años 90.

Es por ello que fundamentamos esta dolorosa decisión en las siguientes líneas: Tenemos la convicción de que es necesaria, deseable y posible la construcción de un modelo de desarrollo rural sustentable e inclusivo, determinante ineludible del marco ético y político de toda acción gremial.


Sentimos en la piel el ideario de Alcorta, el espíritu gremial de Don Francisco Netri y la visión institucional de Don Esteban Piacenza.

Creemos en el poder de la organización, de la participación, de la construcción de abajo hacia arriba. Creemos en la militancia, en el compromiso, en la transparencia.

Encontramos en la diversidad la mayor riqueza humana, configurada por el pensamiento crítico y la pluralidad de ideas. Sin sectarismos, ni hegemonismos, con respeto recíproco y total sinceridad.

Pretendemos una gestión institucional de calidad, y una administración profesional y eficiente, capaz de incluir y desenvolver a las cooperativas a partir del agregado de valor; de formar y organizar a los jóvenes; de brindar más servicios; desarrollando toda la potencialidad de las filiales como célula básica de nuestra organización.

Creemos en los pequeños y medianos productores, en los agricultores familiares, en nuestros hermanos indígenas privados de la tierra. Creemos en los trabajadores que le ponen el hombro a la Entidad todos los días.

Concebimos al Complejo Federado articulado horizontalmente, con sus servicios y cooperativas siendo parte de un universo integrado, constituyendo un modelo de desarrollo institucional que tenga como centro la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo de los pequeños y medianos productores a través de su organización.

Imaginamos una Federación Agraria fortalecida en toda la ruralidad Argentina, con entidades de base reales, fuertes, consolidadas, democráticas, plurales, con presencia en servicios y abiertas a la comunidad. También avizoramos una Central que conduzca al conjunto, garantizando la gestión desarrollada en el territorio, extendida y descentralizada.

Buscamos más democracia, que se construye con participación protagónica de las entidades de base, con trabajo local, territorial, y referentes prestigiosos, donde los dirigentes sean expresión genuina de las bases y no una elite promocionada desde la cúpula.

Enfatizamos que sólo con un sistemático y continuo proceso de debate y formación de dirigentes, vamos a tener una organización fuerte y representativa, misión indelegable de la organización gremial. Necesitamos espacios de reflexión para una acción consensuada y con el compromiso de todos.

Queremos dirigentes que sean verdaderos conductores del desarrollo en sus territorios, y no meros caudillos o lo que es peor: punteros políticos.

Queremos que se rompa el pensamiento monolítico y uniforme, que se acepte la pluralidad de ideas, y que el mayor esfuerzo esté concentrado en la defensa de los productores y no en las disputas de poder interno.

Estos valores, fundacionales e históricos dentro de la Entidad, son los que nos formaron y los que hemos abrazado sin atenuantes desde nuestro despertar como dirigentes. Pero contrastan con la mezquindad, la hipocresía y la debilidad moral, en que han caído las relaciones interpersonales e institucionales, y que generan una cultura extraña a nuestra forma de ser y de pensar, causándonos una intolerable fatiga moral.

Estamos cansados de las calumnias, de las injurias, de los contubernios y de la humillación entre compañeros federados.

Seguramente hemos cometido errores y el tiempo se encargará de hacérnoslo saber, pero jamás hemos sido infieles a la causa de la Federación y de los agricultores familiares, por lo cual nuestras conciencias seguirán en paz y convencidos de estar en el camino correcto.

No vamos a abandonar la causa ni a quienes confiaron en nosotros. Será un orgullo volver como Directores y como militantes a nuestras bases, a donde pertenecemos, a quienes nos debemos. Lo hacemos con la frente alta, la fe y la esperanza renovadas.

Fraternalmente.

Esteban Motta         Juan Manuel Rossi

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